Ya con 14 años decidí cual iba a ser el camino que tomaría. Quería ser cocinero. Me gustaba la hostelería en general. Con 16 años empecé a trabajar de camarero los fines de semana, en el que años más tarde sería mi negocio, Urtza taberna de Amorebieta-Etxano. En casa de mi tía, donde pasaba los fines de semana y vacaciones, siempre se ha guisado mucho, y me gustaba mucho ver como trabajaba las salsas, besameles, etc.

Con 18 años empecé en la escuela de hostelería de Leioa, y los fines de semana trabajaba en Azurmendi, donde estaría un año más después de acabar los estudios de restauración.

Con Karmele, mi compañera de clase, abrimos la cafetería del hotel Atalaya de Mundaka, donde empecé a meterme en el mundo de los pintxos y a participar en concursos.

Pasé por la cocina de Jauregibarria antes de en 2010 abrir Urtza taberna. Tenía tan solo 22 años y mi hermano 18 cuando decidimos poner en marcha la que seria nuestra casa durante 9 años. Hemos trabajado mucho, amigos, familia… Gracias al esfuerzo de toda la gente que me ha rodeado estos años conseguí varios reconocimientos, como el mejor cocinero novel 2018, finalista de Madrid fusión 2015, campeón de Vizcaya de pintxos en 2014…

Cerramos una etapa el 13 de abril de este año. Ha llegado el momento de cumplir el sueño por el que tanto he luchado. Imanol, que conozco desde los 3 años, inquieto por hacer algo nuevo me propone hacer algo más en nuestra carrera gastronómica. Aparece Aitzol y entre los 3 llevamos año y medio dando forma al proyecto que pondremos en marcha en febrero de 2020.